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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Un buen sabor de boca



Charlie y la Fábrica de Chocolate, estrenada en 2005, tuvo una excelente acogida en el sector infantil, sin embargo, no cosechó tanto éxito entre los adultos. Y quizás sea ahí donde radica su esencia. Esta adaptación cinematográfica de la novela de Roald Dahl tiene lo códigos necesarios para que un niño (o, en su defecto, quien sigue siéndolo) comprenda el verdadero mensaje que lleva implícito. Más allá de moralejas obvias o tópicas, la película es como un delicioso bocado de chocolate: dulce y placentero. Llena de escenas estrámboticas al más puro estilo Burton, se concibe dentro de un universo sin patrones donde todo es posible y donde se invita al espectador a dejar volar su imaginación.


Los personajes están bien contruidos aunque quizás demasiado lineales. No evolucionan a lo largo de la película, sino todo lo contrario, sus acciones son de esperar por el espectador. Pero no es más que el reflejo de la realidad con el materialismo como principio fundamental de la sociedad actual. Niños que creen que todo se compra o que viven en una competición constante, sin llegar a conocer otros valores importantes de la vida.


Llena de escenas deliciosas, la película presenta unos decorados maravillosos con efectos especiales que rozan la espectacularidad aunque de manera muy cuidada.






Director: Tim Burton
País: Estados Unidos
Año: 2005
Género: Fantástico. Comedia
Valoración: 7

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